Pero yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia; Porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.
Salmos 59:16
Mi nombre está en la larga lista de mujeres a las que esta amarga experiencia les ha tocado.
Hace unos años perdí mi primer embarazo con apenas un mes y dos semanas de gestación. Aunque estaba en sus inicios, me dolió muchísimo.
Era un embarazo muy deseado por mi y mi esposo. Duré semanas llorando y estando triste, tratando de escuchar las palabras de consuelo de los demás.
No entendía absolutamente nada, me hacía muchas preguntas, mi ilusión de ser madre se desmoronó, me sentía con el corazón roto literalmente.
Un día era tanta la tristeza que sentía, que miré al cielo y vino a mi mente la imagen de Jesús en la Cruz, luego comenzaron a salir de mi boca sacrificios de acción de gracias a Dios, trayendo conformidad a mi vida.
Amiga, no se cuál es tu caso, pero me identifico contigo.
¿Qué aconsejarte? Te diré lo que me dio resultado… aunque pareciera irónico (ya que perdimos una vida), te invito a que te refugies en AQUEL QUE DA LA VIDA!
Esa tristeza y ese dolor tan grande solo Dios puede tomarlos de ti. Busca en Él consuelo y compañía. No estarás sola, Dios conoce tu corazón, tu dolor y tus emociones pues es tu creador.
Su Espíritu Santo estará ahí cuando llores amargamente y sientas que ya no puedes más! Podrás sentir Su abrazo y luego vendrá a ti un refrigerio!
La Palabra de Dios nos dice en el Salmo 22:24, “porque no menospreció ni rechazó el dolor del afligido, ni de él escondió su rostro, sino que cuando clamó a él, lo escuchó.”
Como mujer tú eres especial para Dios, Él te invita a que te acerques con confianza al trono de la gracia y así hallar la ayuda inmediata.
La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe ni tengan miedo.
Juan 14:27
Te aseguro que estas palabras Jesús las dejó porque sabía que íbamos atravesar por situaciones como estas, en donde nos sentiríamos sin esperanza, afligidas y con mucho dolor.
Al hacer de Jesucristo nuestro refugio, él transformará nuestros corazones!
En Cristo,
Yicell