“…si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.”
Gálatas 5:25
La templanza, se trata del control de todo lo que implica nuestro cuerpo, mente, acciones, emociones, conducta.Una persona con Cristo en su corazón, puede ser sobria, equilibrada, moderada y capaz de dominar sus impulsos, manifestando así una conducta producto de este fruto del Espíritu.
La conducta de una mujer cristiana es importante, por eso, la templanza debe ser nuestra característica, nuestra marca, debe formar parte de nuestra nueva vida por Cristo Jesús.
La templanza es el dominio propio y nos ayuda a tener bajo control todos nuestros deseos pecaminosos.
A través de ella estamos en contacto con la realidad de nosotras mismas, nos hace reconocer nuestra debilidad por el pecado, lo banal, y lo inmoral, por eso nos mantiene alertas y nos permite poner los límites necesarios para alejarnos de esas prácticas que no agradan a Dios.
Es necesario que como mujeres hijas de Dios aprendamos a someter nuestras emociones insanas y debilidades, y para ello es vital vivir por el Espíritu, es decir, dejarnos guiar por Él!
Es el consejo de Pablo a los gálatas, les dice,
“…no satisfagáis los deseos de la carne… porque es contra el Espíritu… para que no hagamos lo que queremos…”
Gálatas 5: 17“
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.”
Gálatas 5:24
Que importante para nuestra vida cristiana es mostrar el fruto de la templanza, significa que vivimos una vida en el Espíritu y por Él somos guiadas.
Es evidencia de una vida cristiana ejemplar, seria, madura y de fe, no fluctuante ni como las olas del mar, más bien firme.
La templanza que vivimos por Jesucristo nos hace libre y nos lleva a vivir una vida abundante en todos los aspectos de nuestras vidas, en la carta a Tito leemos sobre esto:
“…a ser prudentes, castas, cuidadosas de nuestra casa, buenas,
sujetas a nuestros maridos…”
Tito 2:5
“ensenándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo SOBRIA, justa y piadosamente.”
Tito 2:12
La sobriedad que nos da el fruto de la templanza, nos hace resistir a los ataques del enemigo:
“SED SOBRIOS y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente,anda alrededor buscando a quien devorar.”
1 Pedro 5:8
¿Cómo puede nacer en nosotras el fruto de la templanza?Pues como resultado de una relación con Jesucristo en donde Él sea el centro de tu vida y una prioridad para ti y si decides vivir por el Espíritu, este fruto se hará evidente!
Recuerda comunicarte con Dios a través de la oración, has de Su Palabra tu manual de vida eterna y júntate con otras mujeres que quieran hacer lo mismo.
En Cristo,
Yicell
gracias por nutrirnos con tan valiosa información
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Dios es bueno! Gracias a ti por leer el artículo.
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Me instruyó mucho, gracias hermana, bendiciones..!!
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Hola! Gracias por leerlo y contarme como te fue. Bendiciones
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