Tu misericordia, oh Señor, se extiende hasta los cielos, tu fidelidad, hasta el firmamento. Tu justicia es como los montes de Dios; tus juiciosson como profundo abismo. Tú preservas, oh Señor, al hombre y al animal. ¡Cuán preciosa es, oh Dios, tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombraSigue leyendo «¡Un amor para siempre!»