“Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas”.
Proverbios 3: 5 – 6
¡Cuánto podemos aprender de la vida de Esther! ¡Cuántas áreas de interés y de aplicaciones bíblicas importantes para nuestras vidas!
Hoy quiero compartir algunas enseñanzas que llaman mucho mi atención de la vida e historia de esta mujer de fe en la Biblia:
Lo primero, es el valor de Esther. Ante la situación por la cual ella estaba atravesando, el sentir miedo pudo haber traído a su mente mucha ansiedad, también pudo haber sentido desesperanza en esos momentos de peligro. Sin embargo, ha sido sorprendente para mí, leer sobre su determinación de confiar y obedecer a Dios.
Lo segundo, es que Esther no se envaneció ni se concentró en la riqueza que le rodeaba ni en sus adornos ni vestidos majestuosos, ni en todo lo que estaba a “sus pies”. El enfoque de Esther fue siempre ser fiel a sus orígenes y a su tío Mardoqueo, en quien confío y obedeció de principio a fin.
Lo tercero, es que Esther fue una mujer hermosa. Ella se destacó entre un grupo de mujeres lindas, pero ella las sobrepasó a todas. Su belleza física fue la característica que Dios escogió para conquistar el corazón de un rey y así salvar a Su pueblo.
Sin embargo, resultó que la belleza de Esther no fue solo externa. Ella fue bella por dentro también porque tenía “el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios”.
“…sino que sea lo que procede de lo íntimo del corazón, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios”.
(1 Pedro 3:4) (NBLA).
Lo cuarto, es que me asombra la confianza de Esther en su Dios. Fue una fe sin precedentes, pues ella no conocía Sus propósitos. Es en el “andar en fe y no por vista que vemos la mano poderosa de Dios”.
«Porque por fe andamos, no por vista).
2 Corintios 5:7) (NBLA).
Esther se adornó de confianza absoluta y una obediencia sorprendente! Y por lo tanto, experimentó el amor de Dios en el obrar a su favor, en su tío y su pueblo!
La confianza y la obediencia son adornos que van de la mano y que Dios desea en nosotras. La Biblia nos invita de principio a fin, a que confiemos y obedezcamos a Dios en todas las áreas y circunstancias de nuestras vidas.
“Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento”.
Proverbios 3: 5) (NBLA).
Cuando confiamos en Dios y obedecemos Su Palabra, en nuestro carácter se da una transformación que evidencia una vida sujeta y humillada ante Dios sin importar lo que nos suceda; Esther dijo “…y si perezco, perezco”. Eso es decirle: Dios confío en ti, haré lo que tú me pidas!“Encomienda al SEÑOR tu camino, Confía en Él, que Él actuará”.
Salmos 37:5) (NBLA).
Esther es un ejemplo maravilloso de cómo nosotras podemos depender de Dios y su obrar en oración y ayuno, buscar la guía y la dirección de Dios para entrar en Su voluntad y ser bendecidas!
Y es necesario que recordemos no orar a Dios para nuestro favor, pues Él no va a obrar como nosotras deseamos. Es orar para aceptar “Su voluntad” y Él obrará según Su misericordia.
En Esther vemos que la posibilidad de fracaso estuvo presente, pero ella siguió en pie de confianza, reverencia y respeto a Dios, siendo obediente al llamado.
“Bendito es el hombre que confía en el SEÑOR, Cuya confianza es el SEÑOR”.
Jeremías 17:7) (NBLA).
No veamos esto como fatalismo, desgracia o desánimo. Nosotras solo podemos hacer lo que nos toca: orar, confiar, depender, obedecer y esperar Su obrar.
Como Esther, adornemos nuestro caminar de confianza y obediencia a Dios, entonces veremos Su mano poderosa en acción.
En Cristo,
Yicell de Ortiz.
Escrito originalmente para el programa Mujer para la Gloria de Dios.